7/09/2013

El Dios Soberano








Y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu. Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: " Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir". Isaías 48:16-17 

Isaías 46: 9-10,"yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero." Apocalipsis 1:8,"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era, y que ha de venir, el Todopoderoso."
 
Ahora el Espíritu Santo está guiándome a escribir para poder decir más acerca de los pasos del profeta Elías y de la soberanía de Dios. No olvidemos que a nosotros el Señor nos ha llamado y hemos sido elegidos por Él. Tenemos que darnos cuenta de que también nosotros fuimos elegidos como lo fue Abraham, José, Elías, Eliseo y Jeremías. Debemos tener en gran estima a estos hombres, sin embargo el Espíritu Santo quiere que nosotros sepamos que somos elegidos por el mismo Dios, movidos por el mismo Espíritu y recibimos la Palabra del mismo Dios.
 
Hermanos Dios estaba disgustado con el estado de Israel, así que en medio de la situación que allí se vivía, Él trajo a Elías para que fuera parte del plan divino. Al igual que Elías, en el momento que venimos a Cristo Jesús, nos hizo una parte del plan de Dios, para que como sus instrumentos que ha elegido pueda ser cumplido en Su tiempo y de la manera que a Él le agrada. Esto es importante que lo comprendamos porque podemos quedar tan atrapados con las circunstancias y situaciones que nos rodean que nos llevarán a olvidarnos que Dios es soberano. Si nosotros nos vamos a dar cuenta de los caminos de Dios y al mismo tiempo cumplir Su propósito, debemos permitir que el Espíritu Santo traiga a nosotros el conocimiento, el entendimiento y la revelación de quién es Dios y lo que Él está haciendo. Somos elegidos por la soberanía de Dios. También debemos entender que la soberanía de Dios es la que gobierna y controla la historia y obliga a servir a un fin específico. Isaías 46: 9 confirma esto, “...Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” Apocalipsis 1:8 también confirma esto,"yo soy el Alfa y la Omega...".Él está en control. Usted y yo debemos vernos a nosotros mismos en el plan de Dios hoy, mientras Él nos enseña Sus caminos.
 
En Elías no hubo nada particular, él fue muy similar a nosotros, pues la Escritura dice en Santiago5:17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras; hermanos,a pesar de nuestras fallas, limitaciones, preguntas y dudas Dios nos eligió. Dios está transformándonos en Sus instrumentos para cumplir con su intención final. Dios nos disciplina, para prepararnos a ser dotados de autoridad y poder. Dios no nos llenará de poder y autoridad para hacer lo que queramos. Tenemos que seguir la dirección del Espíritu Santo en la Palabra del Señor que ha venido a nosotros. Tenemos que ser gobernados y disciplinados por Dios a pesar de que nuestras intenciones y motivos parezcan ser buenos. El profeta Elías fue elección soberana de Dios, pero cada paso que él tomó fue conducido, controlado y dirigido por Dios. Cometemos un gran error si pensamos que es suficiente conocer los pensamientos divinos, propósito y deseos de Dios. Los pensamientos, intenciones y propósito de Dios deben arrobarnos y controlarnos. Si permitimos que el Espíritu Santo esté en control sabremos cuándo le hemos afligido por nuestras decisiones incorrectas o por no obedecer. Cuando nos dejamos llevar por su Espíritu a una situación que no comprendemos, pero paz hay en nuestros corazones, Él está indicándonos que las cosas están bien. Dios está moviéndonos un paso a la vez y nos llevará a través de situaciones difíciles. Muchas veces él no explica Sus maneras, del porque está probando nuestra fe en él. II Corintios 5:7 (Amp.) dice, "Andamos por fe no por vista." Somos guiados por el Espíritu no por nuestras emociones, ni por nuestros caprichos y deseos. Dios está trayendo bajo control el alma del hombre; bajo el control del Espíritu de Dios.
 
Vamos a revisar Génesis por un momento, donde Dios creó al hombre. Dios tenía comunión con Adán. Dios es Espíritu, y él se comunicaba con Adán a través del Espíritu. Cuando Adán desobedeció, la divina comunión fue cortada. Su espíritu fue cortado de la fuente de su existencia. La voluntad de Adán estaba ahora en control, no la voluntad de Dios. El alma tomó poder y el espíritu de Adán llegó a estar sujeto a su alma, sus emociones, su mente y su razonamiento. Dios por medio de Cristo que nació, fue crucificado y resucitado, hoy día está atrayendo el alma del hombre una vez más, para que viva bajo el control del Espíritu Santo. Ahora Él está restaurándonos a sí mismo, por lo que otra vez puede comunicarse con nosotros y tomar autoridad sobre nuestra vida (alma). El Antiguo Testamento fue objetivo en sus eventos; el tabernáculo, los sacrificios y ofrendas. La gente podía oler, ver y escuchar lo que estaba sucediendo durante los rituales de sacrificio. Desde el momento en que Cristo vino a este mundo la vida cambió, él fue conducido por el Espíritu y el control de la voluntad de Dios. Jesús sólo hizo lo que vio a Su padre hacer; habló sólo lo que oyó su padre decir. Cristo nos está enseñando la obediencia y la dependencia de un hijo a Su padre. En el pasaje de la Escritura sobre la vida del profeta Elías ¿Puede usted ver a Dios controlando a Elías? No permitiendo que Su siervo quien ha sido dotado de autoridad y poder haga lo que le da la gana. Es fácil alimentar nuestro ego y darle lugar para apoderarse de los pensamientos de Dios y usarlo para nuestra propia gloria. Gracias a Dios él nos protege de nuestro ego cuando somos sensitivos su Santo Espíritu.
 
Elías estaba dotado de poder y autoridad porque Israel estaba en un estado espiritual crítico y necesitaba liberación. Satanás se había afianzado de Israel y les habían engañado a adorar a Baal. Efesios 6:12 nos dice; "Porque nuestra lucha no es contra carne y sangre..." Satanás está obrando. Elías se plantó ante el malvado rey Acab y declaro la palabra del Dios viviente; el cielo oyó y obedeció. Elías ejercitó y mostró el poder de Dios que iba más allá de la mera situación humana. Elías no fue intimidado por la autoridad que Acab representaba; él estaba bajo una autoridad mayor. La autoridad y el poder de Dios vienen por su revelación mientras en Cristo crecemos en gracia y en conocimiento. Elías se enfrentó a Acab en 1 Reyes 17:1 (Amp.) con la declaración, "como el Señor, el Dios Israel vive, delante de quien yo estoy de pie..." Él sabía que su posición estaba firme delante de Dios; él no dudo.
 
No hemos madurado como siervos si empezamos a declarar palabras vacías sin saber primero dónde estamos parados. Juntamente con el poder y la autoridad divina viene la Responsabilidad. Usemos un ejemplo en el reino natural. Un niño que madura en una familia comienza a entender por qué el padre, madre y hermanos mayores le dicen "no". Es un proceso de crecer. Nuestro Padre celestial está llevándonos a la madurez y es Él es quien nos está guiando. La Ley está escrita en nuestros corazones y el Espíritu Santo dirige nuestras decisiones, pensamientos y acciones. A veces le oímos como una vocecita apacible, en un canto o himno, en un hermano maduro o hermana en Cristo, o en una predicación. Dios nos habla de muchas maneras. Tenemos que estar escuchando. Casi siempre nosotros Queremos accesos directos pero no hay atajos. Hay un punto de partida para todo el mundo en el Reino de Dios. 1 Pedro 2:2 dice, "Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada..." la leche representa la palabra de Dios, que nos nutre para que podamos crecer de un bebé espiritual a un hombre maduro.
 
La vida de Elías salió de la preparación secreta de Dios. Hoy Dios está levantando a hombres y mujeres que estén dispuestos a pagar el precio para convertirse en instrumentos de restauración; restaurar el cuerpo de Cristo. Digo restaurar porque gran parte del cristianismo se ha convertido en un accionar débil e hipócrita; el divorcio continúa a la orden del día y la homosexualidad ha sido expuesta sin ningún recato. La iglesia está siendo burlada, no debido a nuestras convicciones, sino porque predicamos una cosa y hacemos otra. Adoramos nuestras catedrales (templos) gastando millones de dólares para nuestros lugares de reunión, mientras que hay muchas personas en diversas partes del mundo que no han escuchado el nombre de Jesús. Dios no está contento con lo que ve; Él dio todo, cuando El dio a Su Hijo. Romanos 8:8 dice, "y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios". Vemos por qué Dios protege al siervo que Él prepara en secreto, por lo que la dependencia será de él como la fuente de poder divino y autoridad.
 
Dios ordenó a Elías a declararle juicio a Israel y después de eso Dios le dijo "apártate de aquí". Apártate de la exposición pública que es un lugar de peligro por el ego. Escóndete a ti mismo en Querit. Querit significa separación, corte. Lo que el espíritu quiere decirnos es que la geografía tiene poco que ver con esta orden. Cuando aceptamos a nuestro Señor Él nos lleva al Jordán para identificarnos a nosotros mismos con Su muerte; muerte al yo. Él quiere que nosotros nos levantemos a una nueva vida; Su vida, Su propósito, Su plan, intenciones y deseos como menciona en Romanos 6:4-6. Pablo dice en Gálatas 2:20, "... Ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí" Él está diciéndonos escondámonos espiritualmente. El mayor obstáculo del Ministerio es el yo. II Cor. 12:7 (parafraseando) Pablo dice, "para mantenerme de ser engreído debido a estas revelaciones insuperablemente grandes me había dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás, para atormentarme." II Cor. 12:9 "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo" Pablo no caería en la trampa del yo. Después de que el recibió esas revelaciones, el yo debía estar bajo control. El descubrió que el yo estaba todavía muy vivo y podía en cualquier momento echar mano de su ministerio. Tenemos que agradecer al Señor por estos siervos que nos han precedido y nos han mostrado el proceso de crecimiento. Cuando entramos en el cuerpo de Cristo, entramos en el mismo Espíritu que dirigía a Pablo, gobernaba a Pedro y a Juan y que estaba controlando Jesucristo. Nos hemos convertido en una parte de la misma vocación y compañerismo de Moisés y Jeremías de quienes nos habla el Señor en el Antiguo Testamento.
 
Es una lástima que hayamos permitido que el enemigo nos engañe y nos mantenga envueltos en nosotros mismos no permitiendo al Espíritu Santo que nos lleve más allá de la vida misma en la vida de Cristo. Agradezco al Espíritu Santo y cómo El nos dirige en el estudio de Su palabra. Él siempre está revelando su verdad y los principios que rigen el Reino de Dios.

Si su ministerio está haciendo discípulos de su semejanza no está haciendo discípulos de Cristo.
Ahora observe que Elías se ajusto al propósito de Dios. Él no se quejó cuando Dios le dijo que fuera al arroyo; estaba dispuesto a ir. Elías no tenía su propio programa o rumbo, esperaba en el Señor para tomar cada paso. Esto puede ocurrir con una iglesia de mentalidad similar. En Éxodo mire cómo Israel fue conducido fuera de Egipto un paso a la vez por la dirección de Dios. El Espíritu Santo nos recuerda cómo Juan el Bautista había preparado a los discípulos cuando vieron el cordero de Dios. Juan 1:35-39, "El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: "¡He aquí el Cordero de Dios!" Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: "¿Qué buscáis?" Ellos le dijeron: "Rabí" (que traducido es, maestro), "¿Dónde moras?" Les dijo: "Venid y ved." Los discípulos no preguntaron a Juan sobre qué hacer, ellos sabían que debían seguir a Cristo. Lo que tenemos que entender es que cuando hemos sido colocados en una posición de influencia, en el estudio de la Biblia o en alguno de los cinco dones ministeriales (Efesios 4:11) nuestro enfoque debería siempre ser el de conducirlos a que sean seguidores de la plenitud de Cristo y no a nuestra semejanza. Lucas 11:34 dice: " La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas". La gran mayoría de los ministerios hoy día siguen el carisma del hombre; sin embargo los líderes tienen la culpa, no las personas. Los líderes no han aprendido a esconderse en la presencia de Dios. Si seguimos a los hombres no estamos siguiendo a Cristo. Si su ministerio está haciendo discípulos de su semejanza no está haciendo discípulos de Cristo. En el caso de Juan el Bautista, los dos discípulos siguieron a Cristo y dejaron atrás a Juan. Si el día de hoy usted no puede recibir revelaciones provenientes de otros ministerios algo está mal, porque sus palabras y enseñanza le deberían de llevar a la semejanza de Cristo, porque si hay revelación, entonces habrá un flujo de los principios de la ley de Dios en sus corazones. Ese es el propósito de los cinco dones del ministerio que el Señor a dado a la Iglesia y es el de, llevarnos a la estatura de la Plenitud Cristo. No construya discípulos alrededor de usted mismo, sino llévelos a la plenitud de Cristo.
 
Elías era conocido como un profeta de poder porque él era dependiente en el Señor. Su relación con el Señor le permitió ser usado para cumplir con el propósito de Dios. Dios sabía lo que Elías encontraría en este mundo y Él lo preparó para ello.
 
La humanidad está llegando al fin de su carrera. Jesucristo está preparando a su pueblo. Sin duda vendrá por una novia preparada por el Espíritu Santo y que ande en su palabra. La novia conoce al novio, ella conoce a su esposo. Ella no está siguiendo a otros hombres; ella está siguiendo a Cristo, su amante. Dios continuará desplegando esta revelación mientras somos obedientes. Que el Señor remueva las cataratas espirituales de nuestros ojos para que podamos ver a Dios en el todo de Su Santa Palabra. Amén!

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