1/28/2015

Señor, mi Señor



Imagínese que usted y yo estamos sentados en la mesa de la cocina al final del día bebiendo un vaso con agua helada. Vamos a tener una buena discusión con respecto a los logros de nuestros días y sintiéndonos bien al respecto comenzamos. Entonces le pregunto: "¿Cuáles fueron los dos días más importantes de su vida?" Tras una breve pausa, la respuesta podría ser, el día que conocí a mi esposo, el día que me casé, o tal vez el día en que nació nuestro primer hijo, quizás el día que recibí la promoción por la cual estuve orando. 

En este sentido creo que los dos días más importantes de nuestras vidas son cuando nacimos y el día que descubrimos nuestro propósito en la vida; todo lo demás, de una manera u otra, es impactado por un propósito.

Su verdadero propósito sólo puede ser revelado después de que usted descubre a su creador. Dios le ha creado y le ha llamado; es Dios quien le da la vida y sólo Él puede darle significado en la vida. Sabiendo y comprendiendo esto, no hay duda que Él nos guiará a cumplir con su propósito.

Me gustaría compartir algunas cosas que he aprendido en treinta años en relación con la dirección de Dios en nuestras vidas. Dios proveerá sus necesidades espirituales y naturales mientras está en el lugar y la posición donde Él quiere que esté. Su poder y paz existen en este lugar.

 Ejemplos de la dirección de Dios están escritos en el Antiguo Testamento. Considere a Abraham, José y las historias de los Israelitas. ¿Recuerda a Elías quien fue llevado a un arroyo donde Dios usó a los cuervos para suministrarle su comida?

Es importante para nosotros en Cristo notar que la comprensión de la provisión espiritual ha faltado en gran parte del Cristianismo, hemos puesto nuestros ojos en lo físico, lo natural y lo material, no logramos entender el verdadero propósito para el cual Dios nos llamó.

Mire la ayuda espiritual que los apóstoles dieron mientras guiaban a la iglesia a través de tiempos de perplejidad, problemas y circunstancias. Ellos hicieron hincapié en los principios espirituales que conducirían la iglesia hasta el fin del tiempo. El deseo de Dios es guiarnos y asegurarnos de que cumplamos con Su propósito. Lea Salmos 32: 8, "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos." Lea Proverbios 3:5-6, "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." Lea Isaías 58:11, " Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan." Juan 8:12 dice, "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."



Estas escrituras son como letreros de la calle. Son puntos de referencia o absolutos que nunca cambian. La gracia de Dios ha permitido que estas promesas de orientación sean grabadas en Su palabra. La historia nos muestra cuán importantes son.

A continuación, quiero señalar varios factores en nuestras vidas que nos pueden distraer, descarrilar y obstaculizar. Debemos juzgar seriamente nuestros motivos en nuestra toma de decisiones. ¿Cuáles son nuestros motivos? Yo declaro con frecuencia en las conferencias, "No es lo que hacemos para el Señor lo que cuenta, sino POR QUÉ hacemos lo que hacemos." Jesús dice en Lucas 11:34, " La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas." Sería imposible descubrir el propósito de Dios si hay cualquier pensamiento de ganancia personal, compromiso o alabanza del hombre.

Nuestra voluntad debe ser totalmente rendida a la voluntad de Dios. Jesús dijo en Juan 5:30 (RVA), "... mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, más la voluntad del que me envió, la del Padre." En otras palabras, mi voluntad es entregada a la voluntad de mi Padre. Se registra en Juan 6:38 (RVA), "Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, más la voluntad del que me envió."

 ¿Sabía que usted y yo somos también escogidos, ungidos y enviados a este mundo para hacer la voluntad de Aquél que nos ha enviado? Nuestro Señor dijo en Juan 17:16-19 "No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como Tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad." La palabra es clara, no cabe duda de que Dios nos ha enviado a este mundo del mismo modo que nuestro Señor fue enviado.

El Espíritu Santo me recuerda Lucas 6:46, "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?"¿Cuántas veces hemos perdido Su orientación porque no nos hemos entregado o sometido a Su voluntad?

Otro factor en nuestras vidas que nos puede distraer, descarrilar e impedir es la falta de información; información para nuestras mentes y nuestros procesos de pensamiento. La palabra de Dios está llena de historia y biografía. Está llena de hechos e información confiable. El Espíritu Santo usará la palabra de Dios para renovar nuestras mentes. No hay crisis en la Palabra que no sea de alguna manera similar a lo que pasamos. Podemos deducir de las escrituras y ver la mano de Dios trayendo claridad a nuestras mentes. No hay nada nuevo bajo el sol. Está escrito en Eclesiastés 1:9, "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. “Tenemos que hacer tiempo para leer las escrituras, si vamos a encontrar cumplimiento y estar satisfechos.

He descubierto que Dios enseña y guía, incluso en nuestros trabajos. Él está determinado para ayudarnos a llegar a Su fin deseado.

Nuestra falta de oración es otro factor. Tenemos que orar. La oración no es siempre de rodillas. Podemos estar en oración mientras lavamos los platos, lavando el coche, en el trabajo, en la computadora, cortando el césped, soldando o cortando tubos. Orar no siempre es pedir a Dios, también se puede expresar su adoración, alabanza y deleite en Él. Los Salmos están llenos de súplicas para instrucciones claras. Lea Salmos 86:11, "Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre." Lea Salmos 25:4  "Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día." Salmos 25: 9-10 dice: "Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios."

Otro factor es la providencia. Providencia es el cuidado de Dios para usted. La palabra de Dios es impresionada, sentida en su corazón, así que nunca de paso adelante sin una paz en su corazón. El Espíritu Santo viene y vive en nosotros para guiar y dirigirnos a toda verdad. Si no hay paz en su corazón para el siguiente paso, ¡espere!, espere en el Señor. Su palabra confirma la impresión en su corazón. Debemos ser muy cuidadosos para no ser movidos por las sugerencias o impulsos de los demás.

Un ejemplo que puedo darle es cuando empecé a viajar a México, algunos hermanos me trajeron comida y ropa para llevar a los necesitados. Recuerdo perfectamente el día que crucé la frontera con esas provisiones. El Espíritu Santo me condenó diciendo, "No te he ungido y levantado para esto, yo te he ungido y enviado para que lleves mi Palabra. He levantado a otros para hacer este trabajo." Después de esa experiencia deje de llevar alimentos y ropa; no es que eso sea malo, pero para nuestro ministerio el tiempo no había llegado, no me malinterprete; Dios dijo que llamó a otros para ese propósito.

Hace varios años, Dios nos conectó con un hermano muy especial. El Pastor Jorge Luis Urra, pastor de una iglesia maravillosa en Miami y tiene un corazón para los huérfanos. Dios nos ha unido con este ministerio y hemos estado trabajando con él para suministrar comida y ropa a orfanatos en toda América Central, América del sur y Tailandia. Filipenses 2:4 dice: " no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros." Debemos ser cuidadosos para no salirnos de la medida donde Dios nos ha puesto. Juan dice en 8:29, " Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada." ¿Quiere saber por qué el Padre dijo, en Mateo 3:17, ... Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia?" Ahí está la respuesta, "Yo hago siempre lo que le agrada".

¿Recuerda la fiesta de los tabernáculos en Juan 7:1-6?, "Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos y le dijeron sus hermanos: sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.” La naturaleza humana está actuando aquí. El versículo 5 dice: “Porque ni aun sus hermanos creían en Él.” Jesús no responde a la naturaleza humana; Él continua diciendo en el versículo 6, “Mi tiempo aún no ha llegado, más vuestro tiempo siempre está presto." No debemos olvidar que los caminos de Dios son de mayor importancia que sus obras. El Antiguo Testamento registra que Israel vio Sus obras, pero Moisés conoció Sus caminos.

Estos son factores que han sido de gran ayuda para mí después de 30 años. Tomó tiempo para descubrirlos, pero me han mantenido en curso.

Si no ha experimentado el perdón de pecados por medio de Jesucristo, le invito a considerar lo que ha leído. Para ver el Reino, el dominio, el poder, la paz y la justicia de Dios, "Usted debe nacer de nuevo."  

Ahora déjeme darle dos escrituras que lo hacen muy claro por qué Dios nos creó; una en el Antiguo Testamento y una en el Nuevo Testamento. Isaías 43:6-7 dice: "Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice." Efesios 1:5-6 dice, "En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado." Por favor lea muy atentamente y deje que el Espíritu Santo le traiga la gloria y el gozo de Su Hijo.


Siervo de Dios, 

John Casarez

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